Días atrás, os hablábamos sobre el ingenio de Samsung para diseñar las fundas para sus terminales. Más allá del gusto de cada uno, el objetivo de las fundas es cubrir el terminal y, en el caso de la última protagonista, usarla como teclado físico QWRTY.

Hasta ahí todo bien.

El problema viene cuando dicha funda no es capaz de cumplir, ni siquiera, la función más básica que es la de cubrir y el problema se agrava cuando conocemos que el teclado QWERTY no funciona como debería.

Cuando juntamos todos esos ingredientes, nos surge una duda:

¿Qué has hecho Samsung?

Una funda que no cubre el dispositivo de ~ 800€, con un diseño algo comprometedor. Que, pese a tener teclado, no puedes escribir bien con él. Un…  teclado? que no te da una buena experiencia al pulsar las teclas ya que son planas, sin curva, y que para más inri al pulsar una letra pulsas todas las que hay a su alrededor.

Recapitulemos, un intento de funda, que ni cubre ni es muy agraciada, un intento de teclado con una experiencia comprometedora, en definitiva, un ‘accesorio’ poco común (por suerte) que intentará coger 80€ de tu bolsillo.

Resumiendo, ¿qué has hecho Samsung?

Nos decantamos por la palabra desastre.

La innovación es un punto muy fuerte en las empresas y, nosotros como medio y como usuarios, valoramos mucho toda esa innovación, ya que permite crear y mejorar la competencia entre fabricantes pero todo tiene sus límites.

Volver a un teclado físico renunciando a tamaño de pantalla ya traía dudas, venderlo como una funda sin realizar su principal función, traía más dudas todavía pero por suerte, el precio eliminó todas nuestras dudas.