1 abril 2025

Nueva Estructura de la Evaluación Universitaria: Menos Opciones y Más Exigencia

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Valencia – 27 de septiembre de 2024 – 05:30 CEST

Las autoridades responsables de coordinar los exámenes de ingreso a las universidades en las diversas comunidades autónomas de España han alcanzado un acuerdo para definir las directrices de la nueva Evaluación de Acceso a la Universidad, que entrará en vigor en junio de 2025. Esta reforma impactará a más de 300.000 estudiantes que se preparan para acceder a la universidad. Entre las principales modificaciones, se destaca la eliminación de opciones múltiples en los exámenes por asignatura y la incorporación de un mayor número de preguntas competenciales, lo que aumentará la dificultad de la prueba.

Un único modelo de examen por asignatura

Uno de los cambios más significativos de la nueva Evaluación es la reducción de alternativas en los exámenes. Hasta el momento, los estudiantes podían elegir entre dos versiones del examen, seleccionando la que mejor se adaptaba a sus fortalezas. Sin embargo, a partir de junio de 2025, habrá un único modelo de examen para cada asignatura.

Este ajuste pretende homogeneizar el nivel de dificultad entre los estudiantes en todo el país, eliminando las posibles variaciones que podrían surgir según la comunidad autónoma o la versión del examen elegida.

El acuerdo también busca garantizar que todos los estudiantes afronten el examen en condiciones de igualdad, independientemente de la región donde lo realicen, reduciendo así las diferencias en la selección de preguntas más fáciles o más complicadas. “Queremos asegurarnos de que los exámenes sean justos y equitativos para todos, sin importar de dónde provenga el estudiante”, destacaron fuentes cercanas al Ministerio de Educación.

Aumento de preguntas competenciales

Otro de los cambios clave en la reforma es la inclusión de un mayor número de preguntas de tipo competencial. Estas preguntas representarán entre el 20% y el 25% del examen y deberán responderse obligatoriamente. El objetivo es evaluar no solo los conocimientos teóricos de los estudiantes, sino también su capacidad para aplicarlos en contextos prácticos.

Este tipo de preguntas se centrará en medir habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comprensión lectora y la capacidad de síntesis. Según expertos en educación, estas competencias son cada vez más valoradas en los entornos académicos y profesionales, y su inclusión en la Evaluación refleja una tendencia internacional para modernizar los sistemas de evaluación educativa.

No obstante, este cambio ha generado cierta preocupación entre los profesores y estudiantes, quienes consideran que la preparación para este tipo de preguntas requerirá un enfoque pedagógico diferente, lo que podría añadir una dificultad extra en un examen ya exigente.

Reacciones diversas entre docentes y alumnos

Las reacciones ante este nuevo formato de evaluación han sido variadas. Algunos sectores del ámbito educativo y especialistas en pedagogía han recibido la reforma positivamente, argumentando que promueve una educación más integral y menos centrada en la memorización. Sin embargo, otros manifiestan preocupación por el impacto que estos cambios pueden tener, especialmente en los estudiantes que provienen de centros con menos recursos.

“Nos inquieta que los alumnos de escuelas con menos medios se vean en desventaja, ya que este tipo de evaluación requiere una metodología de enseñanza más práctica y analítica, en lugar de una mera transmisión de conocimientos teóricos”, expresó Ana González, profesora de secundaria en Valencia.

Por otro lado, varios estudiantes han manifestado sus dudas acerca de cómo adaptarse a este nuevo formato. María, estudiante de segundo de bachillerato, comentó: “Es complicado ajustarse a tantos cambios tan cerca del examen. Nos hemos estado preparando de una manera y ahora nos dicen que la prueba no solo evaluará lo que sabemos, sino también cómo lo aplicamos. Eso genera más presión”.

Implementación gradual y apoyo a los centros

A pesar de las críticas, el Ministerio de Educación ha defendido esta medida, sosteniendo que es un paso necesario para mejorar la calidad del sistema educativo y preparar mejor a los estudiantes para los desafíos del mundo universitario y laboral.

Para reducir el impacto de estos cambios, se ha previsto una implementación progresiva del nuevo formato. En el primer año, el porcentaje de preguntas competenciales será del 20%, aumentando gradualmente hasta alcanzar el 25%. Además, se han anunciado recursos de apoyo para los centros educativos, que incluirán formación adicional para los profesores y la entrega de materiales didácticos actualizados.

El Ministerio también ha asegurado que los criterios de corrección se adaptarán durante este proceso de transición. “No buscamos penalizar a los estudiantes en esta etapa de cambio, sino acompañarlos para que puedan demostrar sus habilidades de la mejor manera posible”, comentaron fuentes ministeriales.

¿Más presión o una actualización necesaria?

La reforma de la Evaluación de Acceso a la Universidad es parte de un conjunto más amplio de transformaciones en el sistema educativo español, con el fin de alinearse con los estándares internacionales. Sin embargo, aún está por verse cómo se implementarán estos cambios y qué efectos tendrán en los estudiantes, los centros educativos y las tasas de ingreso a la universidad.

En los próximos meses, se espera que las universidades y los centros de bachillerato incrementen sus esfuerzos para preparar a los estudiantes para esta nueva prueba, mientras que las asociaciones de padres y alumnos seguirán de cerca el progreso de los cambios.

Lo que sí está claro es que la Evaluación de Acceso a la Universidad en 2025 será distinta, con un enfoque más riguroso que no solo valorará los conocimientos teóricos adquiridos, sino también la capacidad de los alumnos para aplicarlos en diversos contextos. Las opiniones están divididas respecto a si este cambio es positivo o negativo, pero todos coinciden en que supondrá un reto tanto para los estudiantes como para el sistema educativo en general.