Triunfo inédito del FPÖ en las elecciones parlamentarias de Austria
4 min readEl Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), liderado por Herbert Kickl, ha conseguido un resultado histórico en las elecciones parlamentarias del pasado domingo, obteniendo el 29,2% de los votos. Esta es la primera vez que un partido ultraderechista logra la victoria en unos comicios legislativos en Austria, lo que marca un cambio significativo en el escenario político del país. Sin embargo, al no alcanzar la mayoría absoluta, quedan en el aire las negociaciones para formar coaliciones de gobierno.
El FPÖ superó al Partido Popular Austriaco (ÖVP), encabezado por el canciller Karl Nehammer, quien vio disminuir su apoyo al 26,5%, en comparación con el 37,5% logrado en 2019. Los socialdemócratas (SPÖ), bajo la dirección de Andreas Babler, también sufrieron un duro golpe, alcanzando solo un 21% de los votos, su peor resultado histórico. Los liberales de Neos crecieron ligeramente, situándose en un 9%, mientras que Los Verdes, socios actuales del gobierno, retrocedieron al 8%.
El crecimiento del FPÖ: una tendencia consolidada
El ascenso del FPÖ ha sido constante en los últimos años. Durante casi dos años, el partido se mantuvo al frente de las encuestas, y en las elecciones europeas de junio de 2024 ya había mostrado su fuerza, logrando un 25,4% de los votos. En aquella ocasión, quedó a solo un punto del ÖVP, consolidando su posición en la política nacional.
Herbert Kickl, de 55 años, ha sido una figura clave en este resurgimiento. Su carrera política comenzó en los años 90 junto al líder ultraderechista Jörg Haider, y en estas elecciones logró superar el récord de su predecesor, quien en 1999 alcanzó un 26,9%. Este éxito ha sido celebrado como “el milagro azul”, en referencia al color representativo del FPÖ.
El partido se ha recuperado desde la caída en 2019, cuando las acusaciones de corrupción que involucraron a su entonces líder, Heinz-Christian Strache, redujeron su apoyo al 16,2%. Este escándalo, conocido como el “caso Ibiza”, provocó la dimisión de Strache y dejó al FPÖ en una situación complicada de la que Kickl ha conseguido sacarlo.
Reacciones y posibles coaliciones
Pese a su victoria, el FPÖ enfrenta importantes desafíos para formar un gobierno. Los principales partidos —socialdemócratas, Los Verdes y los liberales de Neos— han descartado la posibilidad de colaborar con un partido que, bajo la dirección de Kickl, ha sido señalado por sus posturas xenófobas, euroescépticas y prorrusas. Durante la campaña, Kickl propuso endurecer las políticas migratorias, incluyendo la suspensión del derecho a protección internacional para los refugiados, lo que generó críticas tanto a nivel nacional como internacional.
Karl Nehammer, líder del ÖVP, ha afirmado que Kickl es “un peligro para la seguridad del país”, pero no ha cerrado por completo la puerta a una posible coalición con el FPÖ. “Existen personas razonables dentro del FPÖ con las que se puede dialogar”, señaló Nehammer, aunque dejó claro que no aceptaría las tácticas de Kickl, a quien acusó de difundir teorías conspirativas y de sembrar miedo entre los votantes.
Por otro lado, Andreas Babler, líder del SPÖ, ha mostrado su disposición a negociar con el ÖVP para evitar que el FPÖ llegue al poder. Con los resultados casi definitivos, una coalición entre el SPÖ y el ÖVP alcanzaría 93 escaños, suficiente para lograr la mayoría en el Parlamento, que cuenta con 183 diputados. Sin embargo, esta alianza no está exenta de complicaciones, ya que ambos partidos tienen diferencias importantes en temas clave como la política fiscal.
Desafíos para la política austriaca
El triunfo del FPÖ, junto con la caída del apoyo al ÖVP y al SPÖ, refleja un cambio profundo en la política austriaca. El Partido Popular, que en 2019 bajo el liderazgo de Sebastian Kurz consiguió el 37,5% de los votos, ha perdido 11 puntos porcentuales. Este retroceso se debe, en parte, a la gestión de temas clave como la inflación, la crisis energética derivada del conflicto en Ucrania, y una recesión económica que ya cumple dos años.
El gobierno de coalición entre el ÖVP y Los Verdes ha enfrentado varios desafíos durante la legislatura, desde la pandemia hasta la crisis energética, lo que ha afectado gravemente su popularidad. Los temas de inmigración y el alto costo de vida fueron puntos centrales durante la campaña, factores que el FPÖ ha aprovechado para captar a un electorado descontento.
Con el escrutinio prácticamente finalizado, la atención se centra ahora en el presidente Alexander Van der Bellen, quien deberá iniciar las consultas para la formación de un nuevo gobierno. Aunque la Constitución no lo obliga a otorgar el mandato de formar gobierno al partido más votado, hasta ahora esa ha sido la tradición. Sin embargo, Van der Bellen ya ha manifestado en el pasado su escepticismo hacia un partido que no condena la invasión rusa de Ucrania y que mantiene posturas antieuropeas, en referencia a Kickl.
A pesar de su éxito en las urnas, el FPÖ se enfrenta a negociaciones complejas para formar un gobierno. Los próximos días serán cruciales para determinar el futuro político de Austria, un país que ahora se encuentra en el centro del debate europeo debido al ascenso de las fuerzas ultraderechistas.