Fallece Hasan Nasralá, líder de Hezbolá, en un ataque aéreo israelí en Beirut
4 min readHasan Nasralá, secretario general de Hezbolá, murió este viernes tras un bombardeo israelí en las afueras de Beirut. Nasralá, una de las figuras más influyentes tanto en la política libanesa como en Oriente Medio, falleció mientras se encontraba en un refugio subterráneo, según confirmaron fuentes oficiales libanesas. La noticia ha generado reacciones inmediatas en Líbano y en toda la región.
La trayectoria de Nasralá y el fortalecimiento de Hezbolá
Nacido en 1960 en el sur de Beirut, Nasralá asumió el liderazgo de Hezbolá en 1992, luego del asesinato de su antecesor, Abbas al-Musawi, por fuerzas israelíes. Durante su mandato, Hezbolá pasó de ser una simple milicia a consolidarse como un actor clave en el ámbito político de Líbano. Tras la guerra de 34 días contra Israel en 2006, Nasralá fue reverenciado en el mundo árabe por su capacidad para resistir frente al ejército israelí.
Durante más de 30 años, Nasralá incrementó la influencia de Hezbolá en las instituciones libanesas, participando en varios gobiernos y asegurando control en áreas estratégicas del país. Esta expansión política generó tensiones con otras facciones que acusaban a Hezbolá de emplear su brazo militar para presionar decisiones gubernamentales en su favor. No obstante, para muchos chiíes, Nasralá simbolizaba la resistencia frente a la ocupación israelí y las injerencias extranjeras en Líbano.
Un líder respetado tanto espiritual como políticamente
Nasralá, reconocido por el turbante negro que distingue a los clérigos chiíes descendientes del profeta Mahoma, era conocido como “sayyed”, un título de respeto dentro de su comunidad. Su liderazgo trascendió la política, convirtiéndose también en una figura religiosa clave, representando los intereses de los chiíes y erigiéndose como un protector de los más desfavorecidos.
Bajo su mando, Hezbolá no solo enfrentó militarmente a Israel, sino que también se consolidó como una poderosa fuerza política, aprovechando las crisis internas del país. Nasralá estableció importantes alianzas locales e internacionales, logrando el respaldo de Siria e Irán, quienes apoyaron a la organización tanto financiera como militarmente. Este entramado de alianzas convirtió a Hezbolá en un actor fundamental en la región, lo que a su vez incrementó las tensiones con Israel.
Una relación conflictiva con Israel
Desde los años 80, la relación entre Hezbolá e Israel ha estado marcada por una profunda hostilidad. Nasralá se destacó por su discurso firme y constante contra el estado israelí, y en repetidas ocasiones amenazó con acciones militares para proteger los intereses de su grupo. En 2000, Hezbolá fue un actor clave en la retirada de las tropas israelíes del sur de Líbano, hecho que Nasralá celebró como una gran victoria.
El conflicto más violento entre ambas partes ocurrió en 2006, durante la Segunda Guerra del Líbano, que dejó miles de muertos y provocó una enorme destrucción en la región. Desde entonces, aunque las tensiones se mantuvieron latentes, ambos bandos lograron evitar un enfrentamiento de gran escala. No obstante, en los últimos meses, la situación se había deteriorado con amenazas y movimientos militares en las fronteras.
El ataque aéreo que terminó con la vida de Nasralá
El bombardeo que acabó con la vida de Nasralá ocurrió en la madrugada del viernes, cuando aviones israelíes atacaron posiciones en los alrededores de Beirut. Según fuentes del ejército israelí, el objetivo era eliminar a altos mandos de Hezbolá que, según su inteligencia, planeaban una ofensiva contra Israel. Aunque los detalles aún son imprecisos, se ha confirmado que Nasralá se encontraba en un búnker cuando fue alcanzado por los misiles.
Hasta el momento, el gobierno israelí no ha emitido un comunicado oficial sobre la operación. Sin embargo, fuentes militares han indicado que la acción forma parte de una estrategia para debilitar la capacidad militar de Hezbolá en medio de una escalada de violencia en la frontera sur del Líbano.
Reacciones inmediatas y consecuencias
La noticia de la muerte de Nasralá ha causado un profundo impacto en Líbano y en toda la región. Miles de personas salieron a las calles en los barrios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá, para expresar su luto y apoyo al movimiento. Aunque los líderes del grupo aún no han emitido declaraciones oficiales, se espera un comunicado en las próximas horas.
Irán, principal aliado de Hezbolá, condenó con firmeza el ataque, calificándolo como un “acto de agresión” y advirtiendo sobre posibles represalias. El líder supremo iraní, Ali Jamenei, lamentó la muerte de Nasralá, describiéndolo como “un mártir de la resistencia islámica”.
A nivel internacional, diversas organizaciones han expresado su preocupación por las posibles repercusiones de este ataque. Naciones Unidas ha instado a la calma, advirtiendo que una escalada de la violencia podría desencadenar un conflicto más amplio en una región ya afectada por múltiples crisis.
Líbano, que atraviesa una crisis económica y política sin precedentes, podría enfrentar aún más inestabilidad tras la muerte de Nasralá. Hezbolá sigue siendo un actor fundamental en el panorama político libanés, y la respuesta del grupo podría tener implicaciones significativas tanto a nivel nacional como regional.
El legado de Hasan Nasralá
A pesar de las controversias que lo rodearon, Hasan Nasralá será recordado como uno de los líderes más importantes en la historia contemporánea del Líbano. Su habilidad para transformar a Hezbolá de una milicia a una fuerza política de gran influencia en el gobierno libanés, así como su constante resistencia frente a Israel, definirán su legado. El futuro de Hezbolá y las consecuencias de su muerte en la región aún son inciertos.